divendres, 30 de juny del 2017
dimecres, 7 de juny del 2017
Culto Astrológico y Simbolismo de la Masoneria
La teoría de las verdades herméticas ha dado origen a muchos grados
masónicos conocidos por los nombres de adepto, fénix, sublime, filósofo,
etc.
Un serio y detenido examen de la mayor parte de las ceremonias y
prácticas masónicas, así como la exposición de muchos de sus emblemas,
particularmente el sol de oro, que es uno de los principales, legitima
la opinión de que la ciencia de Herirles, practicada por los templarios,
es el origen y el objeto de esa sociedad llamada vulgarmente masónica.
La marcha de los primeros grados, la forma de las logias, la
distribución interior del templo, los cálculos misteriosos, los votos de
la asociación, los reglamentos generales de la orden, la práctica de la
virtud y el secreto tan frecuentemente recomendado, hacen sospechar que
ya los templarios habían recogido estos rituales de los primeros
hombres que se reunieron bajo el pretexto de reconstruir el templo de
Salomón. En realidad, lo que se proponían era una obra en consonancia
con la habilidad y la sabiduría de aquel monarca tan versado en las
ciencias ocultas y en las ocultas combinaciones de la naturaleza.
Ritual masónico en un entierro.
El número nueve es de capital importancia dentro del ritual masónico. La
tabla que transcribimos a continuación resume todas las propiedades de
este número.
Dos veces nueve son 18
Tres veces nueve son 27
Cuatro veces nueve son 36
Cinco veces nueve son 45
Seis veces nueve son 54
Siete veces nueve son 63
Ocho veces nueve son 72
Nueve veces nueve son 81
De cualquier modo que se multiplique el número nueve, el resultado de la
multiplicación formará siempre, sumando una cifra con otra, el número
nueve.
O sea, de dieciocho, uno más ocho, nueve. De veintisiete, dos más siete, nueve, y así sucesivamente.
Otra peculiaridad es que, comparando los resultados primero y último,
segundo y penúltimo, etc., nos dan siempre los mismos números a la
inversa.
Por otra parte, tanto la espada o los puñales y el triángulo son
símbolos herméticos de gran tradición esotérica dentro de la historia de
la magia. Lo observamos ya en las Claviculas de Salomón, o bien en la
Corona de los Magos. Aparecen también en el Grimorio del Papa Honorio.
Y con el triángulo como elemento imprescindible se fabrican los más poderosos talismanes.
Ya entre los instrumentos de la magia salomónica, sólo la espada podía
ser blandida después de la consagración de los aspirantes.
Delantal de Maestros del Gran Oriente Francés.
SIMBOLISMOS
Del mismo modo que las ceremonias de la recepción varían según los grados, varían también las insignias y los trajes:
Aprendiz = Delantal blanco liso.
Compañero = Delantal blanco con el compás, escuadra y mazo.
Maestro = Delantal azul celeste, compás escuadra, rama de acacia bordada en oro, gran cordón azul.
Elegido = Delantal negro con la calavera y los huesos en oro, cordón negro con la divisa Vencer o morir.
Caballero de Oriente = Cordón verde liso y dos espadas en aspa.
Rosacruz = Cordón y delantal rojos salpicados de oro, pelícano de oro y la inscripción INRI.
Caballero Kadosch = Cordón negro y plata, águila negra con dos cabezas.
Inspector = Gran cordón blanco liso con franjas de oro. Este grado puede
revestirse con todas las insignias de los otros inferiores.
CULTO ASTROLÓGICO
El sentido de cábala de la masonería les lleva a medir el tiempo de un
modo diferente al vigente. El año masónico empieza el primero de marzo,
como el año astronómico, y añade cuatro mil al número de años de la Era
Cristiana. La razón de esta diferencia está en que los egipcios
empezaban sus misterios en el equinoccio de la primavera. Así, pues, si
un masón escribe una carta el 21 de febrero de 1879, la fechará a 21 del
mes 12 del año de la luz 5878.
No satisfechos con el misterio que rodea sus ceremonias, sus adeptos han
dado nombres especiales a todos los objetos que en ellas se emplean y a
los actos que realizan. Por ejemplo:
Las sesiones se llaman tenidas.
Los discursos, trozos de arquitectura.
El papel, plancha de trazar.
Escribir, trazar una plancha.
El escrito, un trazado.
La mesa, plataforma.
Los manjares, materiales.
Las bandejas, terraplenes.
El pan, piedra tosca.
El vino . pólvora fuerte.
Las luces, estrellas.
Y así sucesivamente en una lista interminable. Asimismo, el lenguaje y
su escritura se diferencian del vulgar, pues lo reducen en lo posible a
una serie de abreviaturas. Por ejemplo, los masones empiezan siempre sus
trabajos con la siguiente escritura:
A L.*.G.*.D.*.G.*.A.*.D.*.U
que quiere decir a la gloria del gran arquitecto del Universo. Como
vemos, la abreviatura está significada por tres puntos que simbolizan el
triángulo.
En sus ceremonias, los brindis de obligación son siete: número
misterioso consagrado por los antiguos e igual al de las esferas a
quienes en el principio se dedicaban las siete libaciones. Estos brindis
tienen precisamente el mismo orden que los días de la semana.
La primera libación se ofrece al Sol, la segunda a la Luna, la tercera a
Marte, la cuarta a Mercurio. la quinta a Júpiter, la sexta a Venus y la
séptima a Saturno.
Dentro de la gran orden de la masonería, los rituales de profundo
sentido esotérico que hemos visto tienen su aplicación para todo tipo de
ceremonias, incluyendo las bodas, pues la masonería admite también en
su seno a la mujer, y también para las defunciones.
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