A la hora de hacer un análisis
preliminar de la carta de un horóscopo cada astrologo utiliza un acercamiento
diferente, y también valoraciones distintas, pero suele existir una
coincidencia en ver en primer lugar la presencia de cada elemento en la carta,
cual predominio falta, etc..., lo mismo decimos de los modos Cardinal, Fijo, y
Mutables, y la presencia de signos personales, sociales o colectivos.
En este ultimo caso es necesario
saber que en los personales nos referimos a los que van de Aries a Cáncer, los
sociales de Leo a Escorpión, y los colectivos de Sagitario a Piscis es decir 4
signos para cada categoría. Dichas valoraciones referidas a los trazos básicos
de los ámbitos de acción de los personales de nuestra carta natal, serán
finalmente interpretadas por los distintos planetas o personajes presentes en
cada signo con su correspondiente elemento, modo y función, los cuales podrán
ser cuantificados con un baremo para que pueda ser valorada rápidamente la importancia
de cada uno de estos items iniciales.
Dicha cuantificación variara de
mano de un astrólogo a otro, pero siempre serán datos reveladores.
Pueden introducirse aun otros
baremos iniciales como si los planetas están arriba o abajo, Orientales u
Occidentales, es decir si esos personajes con sus talentos básicos se ven
obligados a interpretar en áreas o registros que tal vez no sean los mas
cómodos o naturales a priori, es decir un signo social p.ej en una casa
personal, pero en todo caso jamás deberíamos caer en extraer conclusiones
precipitadas o simplistas.
La carencia de un elemento p.ej
jamás debe ser interpretado como un defecto o concluir que la persona
manifestara eso con una mecánica predeterminada y previsible, pues puede
expresarse dicho tema con un mecanismo de sobrecompensación, sublimación,
represión o proyección mecanismos que Jung describió con precisión a la hora de
valorar la expresión de los complejos o bloqueos psicológicos de sus pacientes.
El astrólogo pues no debe
dedicarse a enjuiciar sino a establecer un dialogo con su cliente, y a explorar
junto a el aquello susceptible de mejorar o transformar en positivo.
En ocasiones el cliente puede
buscar respuestas del astrólogo que no impliquen por su parte un dialogo o
entrega confiada, será pues potestad
del profesional entrar o no en ese juego de una consulta más parecida a un
interrogatorio o una exposición pormenorizada, que no implique un intercambio
profundo con el cliente, no obstante sabemos que un mejor entendimiento de uno
mismo, al menos de la parte de nuestra psicología humana y anímica, siempre
resultara en un beneficio. Esa es a la postre una de las funciones básicas del
astrólogo, y así pues alguien con un gran predominio de planetas p.ej en signos
fijos, tendrá en consecuencia el impulso de sentirse completo buscando la
experiencia del aprendizaje de la cualidad cardinal y la mutable, precisamente
para sentirse completo, sin por ello perder de vista cual es el trazo relevante
de su naturaleza.
El balance entre el “Ser” o
naturaleza básica y el “no ser” o naturaleza a explorar, será un proceso
natural y en ningún caso un motivo de condena, algo a rehuir o de juicio
externo por parte del astrólogo.
Demasiado a menudo caemos en
juicios simplistas y el acompañamiento y el servicio a la clarificación del
cliente debe guiar los pasos de un buen asesoramiento astrológico evitando caer
en la tentación de asumir la responsabilidad de tomar decisiones por el cliente
ni permitir que este rehuya su propia responsabilidad con las energías y condicionantes
presentes en la carta astrológica.
ADMINISTRADOR
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