Vamos acercándonos al año
2020 y con ello al momento que marcara
la entrada en el siglo XXI de manera manifiesta y palpable. Desde la percepción
histórica podemos considerar que la entrada real en el siglo XX la marco la
locura que fue la Primera Guerra mundial con las conocidas consecuencias de la
caída de numerosas monarquías europeas, el ascenso del fascismo y el comunismo
y la llegada de EEUU como la mayor potencia del mundo. Será a partir de 2020 el
momento en que se dibujara buena parte de del siglo XXI, las múltiples
conjunciones que jalonaran ese momento y los años inmediatamente posteriores,
entre las cuales podemos destacar, la de Júpiter-Saturno en el signo de
Acuario, dando inicio a un nuevo ciclo de 20 años, y además a una serie de
conjunciones en el elemento aire que se extenderá durante siglos, o la de
Saturno y Plutón en Capricornio dando inicio a un nuevo ciclo de 34 años hasta
el 2054, o la entrada en el año 2024 del planeta Plutón en el signo de Acuario
prefigura un escenario astrológico a caballo del signo de Tierra de Capricornio
y el signo de Aire de Acuario.
De entrada la transición entre un
materialismo fuertemente asentado, jerarquizado y estructurado afin al signo de
Capricornio y un ideal renovador que amenaza con barrer las convenciones y el
orden establecido tradicional representado por el significante Acuariano.
La intervención en estos ciclos
que se abren a partir del 2020 de planetas transpersonales como Plutón,
introducen un elemento de relatividad dúctil, maleable y susceptible de
expresarse en función del nivel de conciencia que en mi opinión pudiera
manifestarse en consecuencias positivas incluso obvias si sabemos manejarlos en
el marco de los grandes ciclos ya en marcha como Plutón- Neptuno, Urano-
Plutón, Neptuno-Urano, o los de Quirón
con planetas lentos, como mas significativos e importantes.
Lejos del buenismo que impera en
muchos analistas astrológicos a los que la realidad desmiente una y otra vez,
sin que parezcan darse por enterados, lo cierto es que aun y la dificultad del
manejo de los planetas transpersonales o aun el mismo Saturno, no creo que la
voluntad humana sea ajena a la manifestación de sus efectos, y por ello es
necesario creer en la capacidad de elección y de toma de conciencia como
elementos determinantes antes de poder deducir consecuencias precisas de los
efectos de esos ciclos, en cualquier caso, cualquier previsión debe ser hecha
desde la humildad de la comprensión de la complejidad y de los elementos que la
configuran y sabiendo que se quiera o no, todo lo que se pueda decir al
respecto introduce un elemento que puede ser condicionador si se toma como
inevitable.
Lo que me parece previsible si
nos basamos en los antecedentes históricos similares –pero nunca iguales, no lo
olvidemos-, es que nos encontramos en un periodo de podedumbre estructural
propio del batacazo financiero iniciado en el año 2010, similar al que se dio
alrededor del tercer tercio del siglo XVIII y que a partir del año 1778 dio
inicio a una serie de enormes revoluciones y luchas sociales y que por
similitud y sincronicidad cíclica seria similar a lo que puede darse
especialmente a partir del año 2023.
Si tomamos los ciclos de Saturno
y Plutón, muy ligados a la actividad económica , las estructuras organizadas y
su impacto a nivel social y tomamos el punto de inicio del ciclo iniciado en Aries veremos que
ahora nos hallamos en el último cuarto de ese ciclo, el correspondiente a la
toma de conciencia de la necesidad de renovación y la destrucción de las viejas
estructuras a favor de la nueva semilla y la acción que favorezca las nuevas
visiones del mundo.
Es bastante probable que las
conjunciones en Capricornio durante un tiempo configuren un nuevo orden mundial
y que uno no sea “nadie” si no tiene un estatus, el rigor, la disciplina
impuesta bajo el paraguas de distintos argumentos o excusas, todas ellas muy
“razonables” y que vea el triunfo de los grandes Think-Thanks, las grandes
corporaciones, las élites financieras que pretendan en definitiva en un primer
momento imponer y materializar un mundo a su medida. Todos los miedos atávicos
de la humanidad con su delirio de control obsesivo parecerán concretarse
durante unos años, como paso previo a una reacción posterior que con la entrada
de Plutón en el signo de Acuario barrera el viejo orden. La sofisticación
tecnológica convivirá con un ecologismo de tinte radical que en algunos
momentos puede olvidar que lo humano y los valores esencialmente humanos son
también un marco ecológico a considerar.
Si con la anterior conjunción de
Júpiter-Saturno en Tauro en el año 2000 tuvimos a mitad de su ciclo en el 2010
el periodo de su cenit en forma de una gigantesca crisis bancaria y sus
derivados en forma de deuda con un monumental trasvase de recursos de unos muchos
a unos pocos, en el climax de la siguiente iniciada en 2020 hacia el 2030
es probable que tengamos una crisis de poder en las estructuras que a este le sustentan. El
resultado, las consecuencias del uso de los recursos y el derrumbe de los
objetivos que hasta entonces parecián poco menos que indestructibles.
Las elites de forma consciente o
inconsciente, saben que el año 2020 es una bisagra a partir de la cual
construir un nuevo ordenamiento, de puesta en marcha o de culminación de las
agendas, esta circunstancia será el punto de inicio para desarrollar otros
artículos en profundidad posteriormente, los cuales detallen de forma
pormenorizada, los eventos astrológicos que configuran los ciclos que se
inician en el periodo 2020-2024.
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