dissabte, 15 d’octubre del 2016

Descubren un nuevo planeta enano en el Sistema Solar



 
UZ224 2014, con 530 kilómetros de diámetro y a 13 mil 700 millones de kilómetros del Sol, es hoy el nuevo planeta enano descubierto por científicos de la universidad de Michigan, Estados Unidos.
Según el artículo publicado en Space.com, el objeto, confirmado por el Minor Planet Center, tarda un año en órbita alrededor del sol, lo que equivale a unos mil 100 años de la Tierra.
El planeta fue descubierto usando la cámara especial Dark Energy Camera (DECam) encargada de hacer un mapa de galaxias distantes, explicó el director del proyecto, David Gerdes.
Este proyecto proporciona información relevante para el estudio de la energía y la materia oscura, la cual representa aproximadamente el ochenta por ciento de toda la masa en el universo, pero cuya naturaleza exacta sigue siendo un misterio, añadió.
Aunque la trayectoria orbital exacta de UZ224 2014 todavía no está clara, los científicos creen que es el tercer cuerpo de este tipo más lejano del sistema solar, luego de tardar dos años para confirmar su existencia.
UZ224 2014 se une a la lista de planetas descubiertos en los últimos 10 años, entre los cuales están Sedna, Eris y Makemake; además de Plutón cuando fue degradado de la categoría de planeta.
Gerdes señala que este cuerpo podría ser demasiado pequeño para ser considerado un planeta enano. Sin embargo, la denominación final será dada por la Unión Astronómica Internacional.
Por el momento, el planeta más pequeño del sistema solar es Ceres, con 950 kilómetros de ancho y se encuentra en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Los datos de la NASA indican que existen otros cuatro planetas enanos reconocidos en el sistema solar, pero los científicos creen que podría haber decenas -incluso más de 100- aún sin encontrar.

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dissabte, 1 d’octubre del 2016

UNA INTRODUCCION AL MUNDO QUE LLEGA


Vamos acercándonos al año 2020  y con ello al momento que marcara la entrada en el siglo XXI de manera manifiesta y palpable. Desde la percepción histórica podemos considerar que la entrada real en el siglo XX la marco la locura que fue la Primera Guerra mundial con las conocidas consecuencias de la caída de numerosas monarquías europeas, el ascenso del fascismo y el comunismo y la llegada de EEUU como la mayor potencia del mundo. Será a partir de 2020 el momento en que se dibujara buena parte de del siglo XXI, las múltiples conjunciones que jalonaran ese momento y los años inmediatamente posteriores, entre las cuales podemos destacar, la de Júpiter-Saturno en el signo de Acuario, dando inicio a un nuevo ciclo de 20 años, y además a una serie de conjunciones en el elemento aire que se extenderá durante siglos, o la de Saturno y Plutón en Capricornio dando inicio a un nuevo ciclo de 34 años hasta el 2054, o la entrada en el año 2024 del planeta Plutón en el signo de Acuario prefigura un escenario astrológico a caballo del signo de Tierra de Capricornio y el signo de Aire de Acuario.

De entrada la transición entre un materialismo fuertemente asentado, jerarquizado y estructurado afin al signo de Capricornio y un ideal renovador que amenaza con barrer las convenciones y el orden establecido tradicional representado por el significante Acuariano.

La intervención en estos ciclos que se abren a partir del 2020 de planetas transpersonales como Plutón, introducen un elemento de relatividad dúctil, maleable y susceptible de expresarse en función del nivel de conciencia que en mi opinión pudiera manifestarse en consecuencias positivas incluso obvias si sabemos manejarlos en el marco de los grandes ciclos ya en marcha como Plutón- Neptuno, Urano- Plutón, Neptuno-Urano,  o los de Quirón con planetas lentos, como mas significativos e importantes. 

Lejos del buenismo que impera en muchos analistas astrológicos a los que la realidad desmiente una y otra vez, sin que parezcan darse por enterados, lo cierto es que aun y la dificultad del manejo de los planetas transpersonales o aun el mismo Saturno, no creo que la voluntad humana sea ajena a la manifestación de sus efectos, y por ello es necesario creer en la capacidad de elección y de toma de conciencia como elementos determinantes antes de poder deducir consecuencias precisas de los efectos de esos ciclos, en cualquier caso, cualquier previsión debe ser hecha desde la humildad de la comprensión de la complejidad y de los elementos que la configuran y sabiendo que se quiera o no, todo lo que se pueda decir al respecto introduce un elemento que puede ser condicionador si se toma como inevitable.

Lo que me parece previsible si nos basamos en los antecedentes históricos similares –pero nunca iguales, no lo olvidemos-, es que nos encontramos en un periodo de podedumbre estructural propio del batacazo financiero iniciado en el año 2010, similar al que se dio alrededor del tercer tercio del siglo XVIII y que a partir del año 1778 dio inicio a una serie de enormes revoluciones y luchas sociales y que por similitud y sincronicidad cíclica seria similar a lo que puede darse especialmente a partir del año 2023.

Si tomamos los ciclos de Saturno y Plutón, muy ligados a la actividad económica , las estructuras organizadas y su impacto a nivel social y tomamos el punto de inicio  del ciclo iniciado en Aries veremos que ahora nos hallamos en el último cuarto de ese ciclo, el correspondiente a la toma de conciencia de la necesidad de renovación y la destrucción de las viejas estructuras a favor de la nueva semilla y la acción que favorezca las nuevas visiones del mundo.

Es bastante probable que las conjunciones en Capricornio durante un tiempo configuren un nuevo orden mundial y que uno no sea “nadie” si no tiene un estatus, el rigor, la disciplina impuesta bajo el paraguas de distintos argumentos o excusas, todas ellas muy “razonables” y que vea el triunfo de los grandes Think-Thanks, las grandes corporaciones, las élites financieras que pretendan en definitiva en un primer momento imponer y materializar un mundo a su medida. Todos los miedos atávicos de la humanidad con su delirio de control obsesivo parecerán concretarse durante unos años, como paso previo a una reacción posterior que con la entrada de Plutón en el signo de Acuario barrera el viejo orden. La sofisticación tecnológica convivirá con un ecologismo de tinte radical que en algunos momentos puede olvidar que lo humano y los valores esencialmente humanos son también un marco ecológico a considerar.

Si con la anterior conjunción de Júpiter-Saturno en Tauro en el año 2000 tuvimos a mitad de su ciclo en el 2010 el periodo de su cenit en forma de una gigantesca crisis bancaria y sus derivados en forma de deuda con un monumental trasvase de recursos de unos muchos a unos pocos, en el climax de la siguiente iniciada en 2020 hacia el 2030 es probable que tengamos una crisis de poder en las estructuras que a este le sustentan. El resultado, las consecuencias del uso de los recursos y el derrumbe de los objetivos que hasta entonces parecián poco menos que indestructibles.

Las elites de forma consciente o inconsciente, saben que el año 2020 es una bisagra a partir de la cual construir un nuevo ordenamiento, de puesta en marcha o de culminación de las agendas, esta circunstancia será el punto de inicio para desarrollar otros artículos en profundidad posteriormente, los cuales detallen de forma pormenorizada, los eventos astrológicos que configuran los ciclos que se inician en el periodo 2020-2024.



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