Los planetas transpersonales

Cuando hablamos de los planetas transpersonales, nos estamos refiriendo a Urano, Neptuno y Plutón y también en cierta medida a Quiron, el mismo concepto de transpersonal ya nos habla de “mas alla de lo personal”, asi pues, allí donde se encuentra alguno de estos planetas se requiere una implicación y aplicación de la energía y la conciencia que exige generosidad, perspectiva y conciencia de trascendencia.

Toda persona que tenga alguno de los denominados planetas personales especialmente el Sol y la Luna en aspecto con alguno de estos planetas mencionados, introducirá en su conciencia mas intima y personal una relación de simbiosis que le hará experimentar la vida de una forma en ocasiones confusa, en ocasiones lleno de una conciencia difícil de encajar en lo cotidiano, y en definitiva inclinado irremediablemente a contactar con vibraciones y dimensiones más allá del  interés personal habitual.

El como gestionarlo es otra cuestión. Debemos comprender que estas energías-planetas nos conectan con deseos y motivaciones generacionales en un espacio tiempo a menudo mucho mas alla del periodo de una vida humana.

En la visión astrológica convencional se entiende que los planetas y luminarias como Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte entran en la dimensión personal y en el ámbito privado por mucho que se trasluzca en cualquier cosa que se haga se refieren a una dimensión de lo cotidiano. Los planetas sociales como Júpiter y Saturno nos hablan de una dimensión social en como cada uno valora su interrelación en sociedad, buena prueba de su dimensión espacio temporal es que su ciclo de 20 años es el mas usado en astrología mundial para definir los periodos sociopolíticos mas reconocibles, pero cuando hablamos de transpersonales es “algo mas” lo que entra en juego, y los mismos ciclos que se dan entre dichos planetas exceden por lo general en el tiempo el de una vida humana.

Si el tiempo personal se vivencia de una forma determinada, el tiempo a nivel social de estructuración social lo hace de otra, concretamente me refiero al concepto de tiempo marcado por Júpiter y Saturno, para quienes un lustro por ejemplo es un periodo de tiempo en el que desarrollar un proceso de lo mas normal mas o menos como puede ser para una persona un mes , dicho de otra manera para el espacio tiempo administrativo de Júpiter y Saturno el que un proceso judicial pueda dilatarse cinco años entra dentro de lo habitual y normal, para el espacio tiempo humano ese tiempo aparece como una inmensidad y se define como “mucho tiempo” con toda la razón.

De hecho los planetas transpersonales nos remiten a un espacio tiempo aun mayor al tiempo “social” al que nos remiten Júpiter y Saturno. En el caso de “los dioses del cambio” como los denominan Liz Greene y Howard Sasportas el espacio tiempo del que hablamos nos remite al concepto de -procesos históricos-, es por lo tanto de conceptos de tiempo que abarca a generaciones de lo que estamos hablando, y la toma de conciencia de este espacio tiempo a nivel personal resultara solo entendible desde un ámbito de conciencia elevado y sutil, por ello la vivencia de ese concepto puede desembocar en desencajes e incomodidades que se traduzcan en la vida cotidiana de forma solo manejable si la persona se inicia en un ámbito de cierta exigencia trascendente y de auto-realización.

Urano nos esta hablando de conceptos tan universales como la creatividad, la libertad y la mente superior, pero también del sometimiento, falta de libertad, y el manejo inadecuado de esta mente superior secuestrada por la arrogancia y el orgullo intelectual cientifista.., para la humanidad el proceso de esta experiencia es una conquista apenas concienciada partir de la Revolución francesa de una manera masiva..Neptuno nos habla de la trascendencia espiritual , de la humildad, el contacto con el mundo no visible con toda la sutil ambigüedad y discernimiento que se requiere, de renuncia para una conquista mayor, pero también con su contrapartida de adicción, fraude, culpabilidad y manipulación oculta.

Neptuno descubierto en el siglo XIX nos invita a participar de una forma responsable a nivel colectivo al manejo adecuado de su energía .

Plutón descubierto en los años treinta del siglo XX y su poder transformador y transmutador.., en realidad la opción de conectar con nuestro poder oculto con una conciencia acrecentada capaz de gobernar las leyes divinas aceptándolas , también nos ofrece la opción de anclarnos en el miedo mas profundo encubriéndolo de una necesidad de control y poder paralizante, también nos habla del tabú oculto en el inconsciente colectivo, familiar, local, nacional, universal.., de la profunda regeneración posible cuando la luz ilumina la sombra y la abraza.

Finalmente Quirón descubierto en los años 70 en pleno desarrollo de la nueva conciencia y el redescubrimiento de la relación mente cuerpo, nos remite a tomar contacto con nuestra herida personal pero también colectiva, pues en definitiva expresa patrones comunes de la humanidad, a desbloquear memorias incapacitantes que en realidad son puertas a virtudes que el mismo bloqueo y sus efectos han ayudado a madurar.., entre el bloqueo del controlador tenso se halla la virtud del organizador , en el que esta a la defensiva agresivamente habita el constructor responsable, y en el inhibido y cohibido evasivo, el consejero capaz finalmente de expresar su sabiduría

Es por ello que pretender personalizar y poseer a semejantes conceptos solo es posible si procesos colectivos como estos son encarados con la convicción de que uno no es mas que el eslabón de una cadena, y pretender abrir y cerrar todo cambio con prisa y ansiosamente sin tomar en cuenta a quienes nos precedieron y quienes nos sucederán es ilusorio.

Un proceso de liberación de condiciones opresivas en el ámbito social, económico o político es posible de manera rápida aparentemente, pero siempre deberá hacerse dejando las puertas y las ventanas abiertas como dijo en su dia Garcia Lorca,... para que los que vendrán puedan ir más allá sin que los protagonistas del presente caigamos en la pretenciosidad de creer conocer donde termina el horizonte.

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